domingo, 30 de junio de 2013

Nagano y Yudanaka, nevando en primavera

En esta entrada les platicaré sobre el primer viaje largo que realizamos por nuestra cuenta, este fué un viaje a la ciudad de Nagano (Sede de las olimpiadas de invierno de 1998), este viaje fué de tan sólo 2 días, pero sin lugar a dudas, de los que más me gustaron. Para llegar de Nagoya a Nagano son apróximadamente 3 horas en tren.

Al momento de comprar nuestros boletos de tren nos preguntaron si reservados o sin reservación, los boletos reservados son más caros, pero te aseguran un lugar para sentarte en el tren, los no reservados son baratos, pero puedes arriesgarte a que el tren venga lleno y te toque de pie durante tu viaje, esto puede ser algo incómodo sobre todo si es un viaje de más de una hora, pero bueno para bien de nuestros bolsillos decidimos arriesgarnos por el boleto sin reservación para partir un sábado a las 7 de la mañana.

En el tren rumbo a Nagano


Y así fué como un sábado desde las 6:30 de la mañana ibamos en bola rumbo a Nagoya Eki, para de ahí tomar nuestro tren hacia Nagano, debo de confesar que mi intención de ir a Nagano era para ver nieve.
Afortunadamente y yo creo que debido a la hora, el tren iba vacío y no tuvimos problemas en cuanto a asientos se refiere. Durante el trayecto era común ver mucho bosque, campos de arroz y pequeños poblados, hasta por fin llegar a Nagano Eki, (estaba un poco decepcionado de no haber visto nieve durante el camino pero a su vez emocionado de conocer una nueva ciudad). En este momento Nagano no era nuestro destino final, aún teníamos que investigar como llegar a nuestro siguiente destino que era Yudanaka (en ese momento yo en lo particular no sabía hacia donde nos dirigiamos, y fué un problema ya que por estar sacando fotos nos perdimos durante media hora y no teniamos idea de cual era el siguiente destino, afortunadamente  volvimos a encontrar al grupo).

En la estación de Nagano


Yudanaka es un pequeño pueblo en medio de las montañas, y es apróximadamente un recorrido de una hora para llegar ahí, partiendo de Nagano. Durante todo este recorrido nos tocó una lluvia intensa, pero ya en alguna que otra montaña se empezaba a apreciar la nieve. Y fué asi que llegamos a la estación de Yudanaka, la última del recorrido, una estación pequeña, con un aspecto algo viejo y en su mayoría de madera, pero esto le daba un aspecto muy peculiar, a mi parecer agradable. En estos momentos seguía lloviendo a cántaros y el ryokan en el que nos ibamos a hospedar quedaba a sólo 5 minutos caminando de la estación, había de 2, o pagar una gran cantidad de dinero y tomar un taxi, o mojarse y llegar caminando, la mayoria optamos por la segunda opción, un amigo dijó, al fin y al cabo es agua, el problema es que la temperatura  era algo baja,y asi fué que llegamos empapados al ryokan.

Yudanaka


El ryokan era un lugar muy agradable y había calefacción (estos lugares son  como casas tradicionales  japonesas, donde compartes cuartos con pisos de tatami y cada quién con su futón,  y una mesa con té verde caliente justo en medio) , el ryokan donde nos hospedamos tenía adicionalmente 2 tinas de aguas termales, realmente era un lugar muy acogedor.

El dueño del lugar era un señor japonés y su esposa, el señor hablaba muy bien el inglés y además su familia por generaciones se había dedicado a la práctica del arco tradicional japonés ,Kyūdō (弓道:きゅうどう), tenía su dojo en la parte de atrás de la casa, y se ofreció a darnos una demostración y una clase de Kyudo, sin lugar a dudas era una oportunidad que no debiamos desaprovechar y accedimos ver la demostración por la tarde.

Pero antes teníamos planeado visitar el Yudanaka Shibu Onsen y ver a los monos de las nieves, en ese momento la tempereatura había descendido aún más y empezaba ligeramente a nevar, el dueño del lugar se ofreció a llevarnos en su camioneta al incicio del recorrido rumbo al onsen, debido a que éramos muchos nos dividimos en 2 grupos, conforme avanzábamos y subíamos la montaña la temperatura iba descendiendo y empezaba a nevar más fuerte, pero por primera vez veía mucha nieve.

Rumbo al Onsen


Asi fué que llegamos al inicio del recorrido, era una vereda por la montaña que consistía en 4 km antes de llegar al onsen. De ahí se adelantó un grupo y otro se quedó, yo fuí del grupo que se quedó, pero en mi intentó de alcanzar al grupo que se adelantó, me tocó recorrer solo toda la vereda y no los alcancé, pero no fué nada malo, el paisaje era impresionante y estaba nevando fuertemente para ese entonces. Faltando 1 km, para llegar al destino final, se encuentra un río donde había cabañas en sus orillas, era una vista de película, además de que ya empezabas a ver a los primeros changos de la nieve, fué así como seguí recorriendo la vereda hasta llegar a la caseta de entrada al onsen. Llegar a la caseta fué muy agradable ya que dentro de ella había leña ardiendo, además de que podías tomar un té caliente, y a su vez desentumir tus pies y manos.



Después de estar 15 minutos en la caseta emprendí el recorrido rumbo al onsen, que estaba a 500 metros y donde me econtré con el primer grupo, en este punto era normal ver changos por todas partes, era gracioso, porque muchos de ellos, los que estaban fuera del onsen temblaban incontrolablemente, la vista era muy agradable, imaginense un río, montañas de fondo y a lado del río un lugar natural de aguas termales donde decenas de changos estaban disfrutando de un buen chapuzón, sin lugar a dudas un lugar que si tienen la oportunidad de ir se los recomiendo.

Onsen


Así fué que estuvimos como una hora conociendo los alrededores y tomando fotos, pero era hora de regresar para nuestra demostración  de Kyudo, teníamos 20 minutos para alacanzar el último autobús, pero entre las guerras con bolas de nieve y los resbalones por el camino, pues pueden adivinar que perdimos el autobús, así que no quedo de otra que emprender paso veloz y caminar para llegar los más pronto posible al ryokan. Afortunadamente alcanzamos a llegar a tiempo y hasta tuvimos tiempo de cambiar nuestras ropas mojadas por ropas secas.

El señor primero nos dió un recorrido con una explicación del dojo, en este había fotos de sus antepasados, mantas con kanjies en japonés, pizarrones, todos los objetivos que habían ganado, etc. muy parecido a los dojos que se muestran en las series de ánime o en las películas, tuvimos suerte de conocer un dojo así.

Ceremonia 


Después de una explicación de lo que era el Kyudo y su historia, también el como su familia llevaba generaciones praticando este deporte, se nos mostró una ceremonia completa de los pasos que se hacían antes de tirar la flecha con el arco. Posteriormente a esto se nos dió una pequeña clase teórica y ahora nos tocaba a nosotros practicar con la flecha y el arco, naturalmente nuestro objetivo estaba a un metro de distancia y teníamos ayuda personalizada de nuestro instructor. Para mí fué algo díficil, era demasiada la fuerza que tenias que aplicar para tensar la cuerda y a su vez mantener el arco fijo, hasta el segundo intento pude clavar la flecha en un costal de paja, en general fué una experiencia única y más porque fué espontáneo, esto no estaba planeado en nuestro viaje.

Kyudo

Justo al blanco


Una vez acabada la demostración de apróximadamente 3 horas, caímos en la cuenta de que era tarde y no habíamos comido, al momento de salir del dojo ya estaba oscuro, y nevaba ligeramente, afortunadamente a menos de 5 minutos encontramos un lugar donde vendían ramén, era una pequeña casa , que no parecía restaurante o local, pero había un pequeño anuncio donde decía que vendían ramén, una vez que preguntamos nos acomodaron las mesas, y a pesar de que ellos no hablaban ingles no hubo problemas, pasamos un rato muy ameno comiendo Gyozas, ramén y platillos que por el momento no recuerdo el nombre, en general la comida estaba muy rica , おいしい, oishii!!.

Ramén!!!


Después de comer y despedirnos, decidimos dar una camianta por el pueblo, este pueblo era cruzado por un río, Yudanaka es un tradicional pueblo japonés, con casas tradicionales, campos de arroz, callejones y templos y estatuas de buda, la iluminación era agradable, así estuvimos 2 horas recorriendo el pueblo y sus calles, antes de regresar al ryokan,. Una vez en el ryokan lo que hicimos fué tomar un baño de aguas termales y dormir en tu respectivo futón sobre piso de tatami, esto mientras afuera estaba nevando, esa noche caimos rendidos, pero fué un buen día.

Recorriendo Yudanaka


El día siguiente despertamos relativamente tarde, pero teníamos planeado tomar el tren rumbo a Nagano apróximadamente a las 10 de la mañana , recogimos nuestras cosas y nos despedimos del dueño del ryokan, así como también le agradecimos por sus lecciones de Kyudo, era momento de conocer Nagano.

Nagano es una ciudad pequeña con grandes edificios, muy diferente a Yudanaka, pero también tiene sus zonas de templos y lugares conmemorativos que hacen referencia a los juegos de invierno de 1998.
Decidimos ir a la zona del Ganshoin Temple, que es una zona donde hay varios templos, pagodas y palacios, arquitectónicamente lo que más me había gustado de Japón hasta ese momento, el templo principal era impresionante, estuvimos como 3 horas recorriendo esta zona.

Ganshoin Temple


El tiempo apremiaba  y aunque nos quedaban unas horas antes de la salida de nuestro tren, teníamos que ir acercándonos a la estación , durante el camino encontramos un monumento con referencia a las olimpiadas de invierno, y posteriormente un tianguis tradicional donde aún vendian muchos artículos y productos de las olimpiadas de 1998, asi se nos pasó el tiempo hasta que finalmente llegamos a la estación. Era hora de regresar a Nagoya, en ese momento estaba demasiado cansado, pero sin lugar a dudas contento, fué uno de mis viajes favoritos en Japón.

Nos vemos en la próxima entrada, donde les platicaré sobre nuestros últimos días en la ciudad de Nagoya.

1 comentario:

  1. Sigue publicando Abdiel! Que lástima que me perdí ese viaje.. Tendré que regresar a Japón a visitar Yudanaka.

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