domingo, 9 de junio de 2013

Primeras experiencias, adentrándonos a la cultura japonesa


Pues si creyeron que nuestro primer encuentro con la cultura japonesa (antes de desempacar las maletas), fué toda una gran experiencia,  pues temo decirles que así fué. En nuestro primer recorrido por la ciudad de Nagoya conocimos a Nana chan, un maniquí gigante que dependiendo la temporada tiene una vestimenta distinta, este maniquí ya fué IronMan y Gokú, aunque la primera vez que la conocimos, estaba vestida con uniforme de baseball debido a que empezaba la temporada.



Alrededores de la Nagoya Eki


En este primer recorrido también conocimos las tiendas de electrónica (Yamada Denki, de las más populares), imáginense tiendas de 6 pisos atiborradas de puros electrónicos, eran tantos que algunos no sabías ni para que servían, en primera porque nunca los había visto y en segundo porque todo estaba en japonés. Algo chistoso que cuando vayan a Japón den por hecho que van a experimentar, fué  que cada vez que veíamos a un empleado de la tienda este hacía una reverencia, sonreía y decía "írashaimasen", algo a lo que no supimos como reaccionar, ya después nos dimos cuenta que esto era algo común en todos los lugares y no tienes que decir nada, es solo una especie de bienvenida.

Vista saliendo del centro JICA


Posteriormente entramos a un túnel en las afueras de la tienda de electrónica y vaya sorpesa al ver que existe toda una ciudad subterránea, pasillos y pasillos de comercios de todo tipo que conectaban las distintas estaciones de trenes, es tan grande esta parte subterránea de la ciudad que acabamos perdidos, no supimos por donde salimos, pero en definitiva no era el mismo lugar por el que entramos. Fué en este momento que debiamos de poner en práctica nuestras clases de Japonés para preguntar dónde se localizaba la Nagoya Eki (Eki = estación de trenes), así que a las primeras personas que encontramos les preguntamos lo siguiente:

Yo- Sumimasen (pequeña reverencia), Nagoya Eki wa doko desu ka?.
Japonés- Nagoya Eki, bla bla, bla, bla, desu.

No contábamos con que no ibamos a entender la respuesta, así que no quedó hacer más que una pequeña reverencia y decir "arigatou", pero por primera vez usaba mi escaso japonés (aunque no haya servido de mucho).

Al no entender la respuesta no quedo más que tratar de identificar algún edificio conocido y caminar hacia él, afortunadamente pudimos regresar al centro JICA sin necesidad de utilizar nuestras tarjetas con la direccion del centro JICA,  que nos dieron en caso de perdernos.

Una vez de regreso al centro JICA y debido a la falta de sueño por el cambio de horario, era momento de desempacar las maletas y conocer mi cuarto. El cuarto era algo pequeño pero muy cómodo, teniamos nuestra cama, un baño, un escritorio amplio, una tele y lo que más me gustaba del cuarto, un frigorifico justo a lado de la cama, también había una terraza que tenía vista hacia el jardín del centro JICA y hacia la Univeridad de Aichi, y en la que también era común ver el flujo de los trenes locales y del Shinkansen (tren bala), rápidamente me acostumbré a todo este sonido provocado por los trenes, lo que al principio era molesto al final acabo arrullándome antes de dormir.

Mi  cuarto en el centro JICA


Antes de continuar me gustaría platicarles un poco sobre las instalaciones del centro JICA. El centro JICA de Nagoya es uno de los más nuevos en Japón, con apenas 3 años de haberse construído.
El edificio es de 6 pisos, de los cuales del 3 al 6 son cuartos para las personas que cursan algún curso, en el segundo piso hay 2 auditorios, los salones de clase, un cuarto tradicional japonés para distintos eventos , un cuarto de cómputo que cualquiera tenía derecho a utilizar y un cuarto de recreación, mejor conocido como el "omoshiroi no heya" que una traducción burda sería el cuarto del entretenimiento, posteriormente una maestra nos dijo que se decía "recreation roomu", al igual que en inglés, pero para nosotros quedó grabado como el "omoshiroi no heya", lugar que tiene muchas historias de las cuales intentaré contarles algunas más adelante.
Finalmente el primer piso consitía en oficinas, la recepción,  una sala dónde se exhibían artesanías de distintos países, que kenshuines anteriores habian dejado para su exposición y una cafetería también abierta al público en general, esta cafetería tenía la finalidad de acercar un poco a la comunidad con los extranjeros.

Ahora sí después de que conocen un poco las instalaciones del edificio, me gustaría platicarles sobre el primer día, de 7 a 8:30 a diario era el tiempo del desayuno, despúes de haberme costado demasiado levantarme, logré bajar a desayunar. El desayuno en Japón es muy difernete a lo que estamos acostumbrados en México, arroz, pescado y verduras, no es precisamente mi idea de desayuno, pero creánme se acostumbran, así como también al final  agarras el gusto al té verde y a las bebidas sin endulzantes.
Después del desayuno, a las 9 am. empezaba la ceremonia de recepción, a la cual, debido a esas veces que dices solo 5 minutos para descansar y si, me quedé dormido, tuvieron que hablarme a mi cuarto para bajar, un poco mal para ser el primer día. Pero fuera de eso en la ceremonia conocimos a Goto y Tsuruta San, nuestros coordinadores y las personas que estaban encargadas de nosotros durante nuestra estancia en Nagoya.
Durante las primeras horas fueron trámites administrativos, pero al medio día era hora de nuestro exámen de japonés para saber en que grupo nos ubicaban, para serles sinceros esas 2 semanas sin clases realmente me afectaron, en lo personal el exámen se me hizo superdíficil.

Por la tarde los resultados ya estaban listos y se formaron 4 grupos, que fueron los siguientes:

Sakura (Cerezo)
Take (Bamboo)
Matsu (Pino)
Ume (Ciruela)

De los cuales el grupo Sakura eran los que tenían ya un nivel más avanzado de japonés y veían un programa distinto al que llevamos los siguientes 3 grupos, que fué la continuación del programa que llevábamos en México, por cierto me tocó estar en la clase Matsu con Sonne Y Koga Sensei.



Estas clases en Japón, temo decirles que no eran tan didácticas ni entretenidas como lo fueron en México, tenían un enfoque más teórico y había que estudiar más por tu cuenta, además que cada semana había examen, pero igual eran entretenidas. Debido a que algunas maestras no hablaban inglés era japonés o japonés, llegaba a haber muchas situaciones graciosas o incómodas, como lo quieran ver, pero en verdad aprendimos.

Finalmente, durante estos primeros días de clases, conocimos a los integrantes de la familia internacional, que eran un grupo de personas japonesas, que durante las tardes organizaban cursos o clases relacionados con la cultura japonesa, estas clases eran opcionales pero valía la pena tomarlas. La primera clase que nos tocó a nuestra llegada fué la de  "shodo", que es la caligrafía japonesa, la clase fué entretenida, nos explicaron como debían ser los trazos y el orden de estos, después de probar con más de 20 pergaminos y de que una señora prácticamente me aplicará una llave de lucha libre, al final pudé escribir el Kanjie de Samurai.
Clase de "Shodo"

Kanjie de Samurai

Esto en general fueron nuestros primeros días en Japón, debo admitir que fueron muchas actividades en poco tiempo, pero había que aprovechar el tiempo, ya con más calma les contaré como era la vida en Nagoya sin enfocarnos en el curso de japonés.




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